La revista The Strad
hace una labor de difusión y apoyo a los músicos que es conocida por
muchos. Entre sus múltiples artículos hemos encontrado una serie muy
interesante titulada Conquering performance nerves. En cada uno de estos artículos se da solución a distintos problemas que surgen a raíz del miedo escénico,
y con los que los músicos lidiamos casi a diario.
Escrito por: Brian Hodges y Diana Allan
Traducido por: Teresa González Portillo (Gran Pausa)
El problema: Mantenerse concentrado en el escenario
Mantener a raya tus pensamientos
es una habilidad muy importante para un músico, sobre todo durante una
actuación. Los estudiantes plantean estas reflexiones a menudo, justo
después de haber actuado: “No sé lo que pasó en ese sitio, pero mi
cerebro simplemente se fue a otro lado”; “Me resultó difícil recuperar
mis pensamientos después de cometer ese error”; “¡No sé a dónde fue mi
mente!”.
Cuando estamos en un estado intenso y nuestra adrenalina
está a tope, nuestros cerebros pueden estar bastante inquietos y seguir
cualquier rastro de pensamiento fuera de nuestro control -como Alicia y
el conejo-. Nuestras mentes están tomando la opción de volar en lugar de luchar. Sin embargo, la verdad es que tenemos más control sobre nuestros pensamientos de lo que creemos, y mediante la práctica y la diligencia, podemos aprender a enfocarnos en lo que es más importante para tocar mejor.
Un escenario muy común es aquel en el que cometemos un error –no importa cuán insignificante– lo cual provoca que nuestro cerebro se detenga y se obceque en el fallo
que ahora está tres compases atrás, y contando. Mientras tanto, la
música continúa y tu mente no se enfoca en lo que está sucediendo en el
presente. Como es de esperar, esto lleva a más errores
en un efecto de bola de nieve. Aprender a aceptar el error en el momento
y cultivar la capacidad de seguir adelante puede ser muy valioso para
lograr mantener la concentración.
Las soluciones
Una excelente estrategia es practicar la actuación.
Si tu profesor no te proporciona esta oportunidad en clase, crea tú
mismo esa oportunidad de actuar. Toca para cualquiera que te escuche
(especialmente las personas que te ponen nervioso). A medida que vayas
actuando y sientas que tus pensamientos empiezan a perder el foco, di
frases internamente. Cosas como ‘sigue adelante’, ‘concéntrate’ o ‘¿qué
está pasando en la música ahora?’. Lo que te digas a ti mismo depende de
ti, pero tener palabras de control puede hacer que vuelvas a la obra musical que tienes entre manos.
Tienes
más control de lo que crees. Cuanto más ensayes tu interpretación, más
fácil te será mantener el rumbo de tus pensamientos.
Violista, licenciada en Comunicación Audiovisual y con un Máster en
Investigación (Premio al mejor expediente). Actualmente, profesora
interina en el CPM Muñoz Molleda. Me encanta poder unir mis dos mundos a
través de Gran Pausa, y así poder ayudar a otros músicos que, como yo,
se hacen nuevas preguntas cada día.
Para más información visite:
http://www.granpausa.com
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